Biografía
Diego Rivera (Guanajuato, 8 de
diciembre de 1886 — Ciudad de México, 24 de noviembre de 1957) fue un destacado
muralista mexicano de ideología comunista, famoso por plasmar obras de alto
contenido social en edificios públicos. Fue creador de diversos murales en
distintos puntos del centro histórico de la Ciudad de México, así como en la
Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo,2 y en otras ciudades mexicanas
como Cuernavaca y Acapulco, así también algunas otras del extranjero como San
Francisco, Detroit y Nueva York.
Las obras de este período
reflejan, por un lado, un acusado interés por el cubismo sintético (El
guerrillero, 1915), asumido en su etapa parisina, y por otro, una gran admiración
por los fresquistas del Quattrocento, (y en especial, por Giotto), lo que
motivó su alejamiento de la estética cubista anterior.
Identificado con los ideales
revolucionarios de su patria, Rivera volvió desde tierras italianas a México
(1922), en un momento en que la revolución parecía consolidada. Junto con David
Alfaro Siqueiros se dedicó a estudiar en profundidad el arte maya y azteca, que
influirían de forma significativa en su obra posterior. En colaboración con
otros destacados artistas mexicanos del momento (como el propio Siqueiros y
Orozco), fundó el sindicato de pintores, del que surgiría el movimiento
muralista mexicano, de profunda raíz indigenista.
Durante la década de los años 20
recibió numerosos encargos del gobierno de su país para realizar grandes
composiciones murales (Palacio de Cortés en Cuernavaca, Palacio Nacional y
Palacio de las Bellas Artes de Ciudad de México, Escuela Nacional de
Agricultura en Chapingo) en las que Rivera abandonó las corrientes artísticas
del momento para crear un estilo nacional que reflejara la historia del pueblo
mexicano, desde la época precolombina hasta la Revolución, con escenas de un
realismo vigoroso y popular, y de colores vivos. En este sentido, son famosas,
por ejemplo, las escenas que evocan la presencia de Hernán Cortés en tierras
mexicanas (por ejemplo, la llegada del conquistador a las costas de Veracruz, o
su encuentro en Tenochtitlán con el soberano azteca Moctezuma II).
Artista comprometido
políticamente, Rivera reflejó su adhesión a la causa socialista en sus propias
realizaciones murales y fue uno de los fundadores del Partido Comunista
Mexicano. Visitó la Unión Soviética en 1927-28, y, de nuevo en México, se casó
con la pintora Frida Kahlo, que había sido su modelo.
En la década de 1930 marchó a
Estados Unidos, donde puso su arte al servicio de la exaltación del maquinismo;
realizó diversas exposiciones y pintó grandes murales en las ciudades de San
Francisco, Detroit -decoración del Instituto de Arte de Detroit (1932)- y Nueva
York -Rockefeller Center (1933), que fue rechazada por sus contenidos
socialistas.
Obras
“La cabeza de Hun-Hunahpu
fructifica en árbol” (1931):
(lienzo sobre papel)
Obra basada en la lámina 10,
segunda parte, capítulo II, página 132 del Popol Vuh.-
“Antes de enterrarlo le cortaron
la cabeza a Hun-Hunahpú (…) Llevad la cabeza y ponedla en aquel árbol que está
sembrado en el camino, dijeron Hun-Camé y Vucub-Camé. Y habiendo ido a poner la
cabeza en el árbol que jamás había fructificado antes de que pusieran entre sus
ramas la cabeza de Hun-Hunahpú (…) Con
admiración contemplaron Hun-Camé y Vucub-Hamé el fruto de árbol. Por todas
partes se veía el fruto redondo.”
“Los monos descendientes de los
hombres de palo” (1931):
(acuarela sobre papel)
Obra basada en la lámina 4,
primera parte, capítulo III, página 103 del Popol Vuh.-
“Y dicen que la descendencia de
aquellos son los monos que existen ahora en los bosques; éstos son la muestra
de aquellos, porque de palo fue hecha su carne por el Creador y el Formador. Y
por esta razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una generación de
hombres creados, de hombres formados que eran solamente muñecos y hechos solamente
de madera.”
“La creación del Hombre” (1931):
(acuarela sobre
papel)
Obra basada en la lámina 2, primera parte, capítulo I,
página 95 del Popol Vuh.-
“Entonces fue la creación y la formación. De tierra, de
lodo hicieron la carne (del hombre).
Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba
blando, no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no movía
la cabeza, la cara se iba para un lado, tenía un cuello muy grande, no podía
ver para atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento.
Rápidamentese humedeció dentro del agua y no se pudo sostener.”
“La creación del Universo” (1931):
(acuarela sobre
papel)
Obra basada en la lámina 1, primera parte, capítulo I,
página 90, 92 y 93 del Popol Vuh.-
(…) vinieron juntos Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues
consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras
y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que
cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y
crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la
creación del hombre (…) Que esta agua se retire y desocupe (el espacio), que
surja a tierra y que se afirme! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación
y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado (…) Así fue
la creación de la Tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo; el
Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron,
cuando elcielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del
agua.”
“Los mensajeros de Xibalba invitan a los jugadores de
pelota” (1931)
(acuarela sobre
papel)
Obra basada en la lámina 9, segunda parte, capítulo II,
página 125 y 126 del Popol Vuh.-
“Id a llamar a Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú. “Venid con
nosotros”, les diréis. “Dicen los señores que vengais”. Que vengan aquí a jugar
a la pelota con nosotrs, para que con ellos se alegren nuestras caras, porque
verdaderamente nos causan admiración. Así pues, que vengan, dijeron los
señores. Y que traigan acá sus instrumentos de juego, sus anillos, sus guantes
y que traigan también sus pelotas de caucho, dijeron los Señores. (…) Y esos
mensajeros que eran búhos: Búho gigante, Búho guacamaya y Búho cabeza. Así se
llamaban los mensajeros de Xibalba.”
“Cómo les enseñaron las artes a Humbatz y Hunchoven”
(1931)
(acuarela sobre
papel)
Obra basada en la lámina 8, segunda parte, capítulo IX,
página 122 del Popol Vuh.-
“Estos dos hijos, por su
naturaleza, eran grandes sabios y grande era su sabiduría; eran adivinos aquí
en la tierra, de buena índole y buenas costumbres. Todas las artes le fueron
enseñadas a Hunbatz y Hunchouén, los hijos de Hun-Hunahpú. Eran flautistas,
cantores, tiradores con cerbatana, pintores, escultores, joyeros, plateros:
esto eran Hunbatz y Hunchouén.”